Cuando
se han delimitado o determinado los intereses de conocimiento del investigador
y el objeto de investigación mediante los procedimientos del planteamiento del
problema y del marco teórico, el investigador tiene que dar el paso a la
formulación de las hipótesis. En ellas se retoman, en el fondo, los intereses
de conocimiento originales, tal como han sido depurados y precisados en las
oraciones tópicas. Pero las oraciones tópicas no son hipótesis ni pueden jugar
el papel de éstas. Las hipótesis son enunciados en su propio derecho, con su
propia forma sintáctica y capaces de ser contrastadas en la realidad.
La
palabra hipótesis es de origen griego, donde significa poner abajo, semejante a
la acepción del término latín suppositio y del castellano suposición. Hoy día
se entiende como una afirmación razonada objetivamente sobre la propiedad de
algún fenómeno o sobre alguna relación funcional entre variables (eventos).
Nuestro
comportamiento práctico y los juicios que emitimos se basan en gran medida en
suposiciones. Sin embargo, las suposiciones o conjeturas de la vida cotidiana
muestran una serie de falacias que son incompatibles con la suposición
científica y con el conocimiento objetivo; falacias, tales como
generalizaciones indebidas (Las mujeres manejan mal.), utilización de términos
semánticamente ambiguos (muy grande), contradicciones lógicas y razonamientos
que no son verificables en la realidad.
Aclaremos
que cuando hablarnos de la elaboración de hipótesis científicas nos referimos a
las hipótesis en las ciencias empíricas o fácticas, cuyos objetos de
investigación son fenómenos del universo real, ya sean de la naturaleza, ya
sean de la sociedad. Aunque las suposiciones de las ciencias formales –como la
matemática y lógica– comparten algunos estándares con las ciencias empíricas
existen también algunas diferencias importantes, como, p.c., en lo referente al
objeto de investigación y la prueba de verdad de la hipótesis. Mientras que la
hipótesis de la ciencia empírica es una proposición aplicable a un determinado
aspecto social, la hipótesis matemática o lógica es una proposición sobre las
relaciones entre entidades abstractas o mentales (p.e., números o símbolos
lógicos) o sus implicaciones.
Por lo
tanto, la demostración de la falsedad o veracidad de ambos tipos de hipótesis
es diferente. En la ciencia empírica, la hipótesis se considera comprobada,
cuando los datos arrojados durante su contrastación confirman (con un
determinado margen de error) la predicción original: en el caso de la hipótesis
de primer grado, la presencia o ausencia de un fenómeno o de una propiedad de
éste fenómeno; en el caso de las hipótesis funcionales, un determinado tipo de
relación entre las variables del fenómeno de investigación. En las ciencias
formales, la prueba de las hipótesis no se puede realizar sometiéndolas a la
contrastación con la realidad mediante el experimento, la encuesta, la
observación o la documentación, por el simple hecho, de que no se refieren al
universo real. La prueba de verdad de una hipótesis formal se reduce, en
consecuencia, a su consistencia frente al sistema abstracto (lógico o
matemático) al que pertenece. Es necesaria una segunda aclaración: en las
composiciones condicionales o hipotéticas de la lógica -que tienen la forma de:
si p, entonces q, y donde p y q son proposiciones cuales quieras- se llama a la
primera componente (p) la hipótesis y a la segunda componente (q) la tesis. En
nuestro trabajo, el término hipótesis se refiere a la composición condicional
entera, es decir, si p, entonces q.
Volviendo
a la discusión anterior, afirmamos que la formulación de la suposición o
hipótesis de la ciencia empírica tiene que respetar ciertos estándares
característicos establecidos por la ciencia moderna, entre las cuales
mencionamos algunos básicos.
1. La
hipótesis no debe contener palabras ambiguas o no-definidas. Es decir, los
significados de todos los términos que la componen -sus intensiones y dominios
de aplicabilidad (extensiones)- tienen que ser determinados de manera
inequívoca. Por ejemplo, si se realiza una hipótesis sobre el aborto, debe de
quedar claro, si el concepto se refiere al aborto natural, al inducido o a
ambos. Asimismo, la definición del concepto debe ser de tal manera que su
comprensión sea posible de manera intersubjetiva, es decir, que otros
estudiosos lo entiendan de la misma manera en que fue definido por nosotros.
Recordemos lo expuesto en el capítulo II, 1 sobre la delimitación de los
conceptos en el espacio, tiempo y su dimensión semántica.
2.
Cuando la hipótesis contiene términos generales o abstractos, deben ser
operacionalizables. Esto quiere decir, que tienen que tener referentes o
correspondencias empíricas (hechos, objetos, fenómenos reales) que permitan
someterlos a la contrastación empírica mediante uno de los cuatro métodos de
contrastación. Por ejemplo, en la hipótesis: La crisis económica de 1995 ha
aumentado el número de suicidios en el país N, no queda claro lo que significa
crisis económica en la práctica. Se operacionaliza este concepto, asignándole
determinados parámetros empíricos (reales), o, dicho de otra manera,
"desglosándolo"
en sus componentes reales, como, p.e.: la tasa de desempleo; la tasa de
inflación; la devaluación de la moneda; el déficit del presupuesto federal,
etcétera.
En la
hipótesis: Por el machismo del padre P, su hija H lo quiere, existe el mismo
problema. El sentimiento que aprehenden los conceptos querer o amor, no se
puede medir directamente en la realidad, hecho por el cual hay que
operacionalizar el concepto, dándole parámetros o indicadores que sí son
mensurables en la relación entre ambas personas, tales como: cuando P se
enferma, H no se preocupa por él; H no procura pasar el tiempo con P, cuando le
es posible; H nunca expresa elogios para P.
3.
términos abstractos, que no tienen referente empírico, no pueden formar parte
de la hipótesis, porque la vuelven incontrastable. Por ejemplo, la conjetura:
Dios me dio lo que tengo, es inaceptable científicamente, porque el término
Dios no puede ser contrastado de manera empírica. Lo mismo vale para una
conjetura como: Por mala suerte no me dieron el trabajo o Los animales no
tienen alma, porque la extensión del alma es el conjunto vacío; no hay fenómeno
real que losatisfaga.
4. La
hipótesis no debe contener términos valorativos, dado que estos no son
comprobables objetivamente. Por ejemplo: La catedral de Colonia es más bella
que la pirámide de Gizeh, es un enunciado que no se puede verificar de manera
intersubjetiva, dado que ambas obras cumplen con los cánones de la estética,
resultando la valorización, por ende, una decisión subjetiva.
5.
Cuando sea posible, debe formularse la hipótesis en términos cuantitativos,
dado que su valor informativo es mayor que el de formulaciones cualitativas.
Por ejemplo, en lugar de decir, La clase media alta no fue muy afectada por la
devaluación del dólar en un 5 por ciento, habría que formular: La clase social
que tiene un ingreso de 30 a 40 mil dólares anuales, sufrió una reducción de su
poder adquisitivo en un 8 por ciento por la devaluación del dólar en un 5 por
ciento.
6. La
forma sintáctica de la hipótesis debe ser la de una proposición simple –en el
caso de la hipótesis de constatación (primer grado)– o compuesta, en las
hipótesis funcionales de segundo y tercer grado. En ningún caso puede tener la
forma de interrogante, prescripción o deseo.
7. La
hipótesis causal o estadística debe constar de sólo dos variables, dado que de
otra forma se dificulta medir la relación entre las variables, p.e., entre la
independiente (causa) y la dependiente (efecto). P.e., la hipótesis: la
inflación produce desempleo, pobreza y criminalidad, tiene una variable
independiente
(inflación)
y tres variables dependientes. En este caso conviene realizar tres hipótesis:
H1, La inflación produce desempleo. H2, La inflación produce pobreza. H3, La
inflación produce criminalidad. Por la misma razón no debe formularse la
hipótesis con dos variables independientes, p.e.: La pobreza y la injusticia
producen violencia.
8. La
hipótesis debe excluir tautologías. Por proposiciones tautológicas se entienden
enunciados o argumentos circulares que no proporcionan información sobre la
realidad, porque el sujeto es idéntico total o parcialmente al predicado. Es
decir, una tautología no distorsiona la verdad de un enunciado –de una premisa,
p.e.–, pero no aporta nueva información contrastable sobre la realidad que es
lo que interesa más en la ciencia. Un enunciado tautológico de la matemática
(enunciado formal o analítico) es, p.e., 5 ± 3 = 8, donde el definiendum (5 +
3) y el definiens (8) tienen el mismo significado. Lo mismo vale para las
proposiciones empíricas: La democracia es la dominación del pueblo, o El efecto
es la consecuencia de la causa, debido a que el término consecuencia implica ya
una relación causal.
9.
Igualmente, la hipótesis debe evitar el uso de disyunciones, porque reducen su
valor informativo. Las disyunciones aparecen en proposiciones compuestas del
tipo p ó q, donde p y q son proposiciones cualesquiera.
La
pérdida de valor informativo de la hipótesis por la disyunción se aprecia en el
siguiente ejemplo. H1, Mañana, de las 08:00 a las 12:00 hrs habrá sol. El valor
informativo de esta proposición es alto, porque permite vestirse
correspondientemente, planear los trabajos que se realizan al aire libre,
etcétera.
En
cambio, en la H2, Mañana, de las 08:00 a las 12:00 hrs habrá sol o lluvia, el
valor informativo baja. Si se agrega otra disyunción, H3; Mañana de las 08:00 a
las 12:00 hrs habrá sol o lluvia o heladas, entonces la hipótesis se vuelve mas
estéril aún frente a la realidad, porque ya no tiene utilidad práctica. Vemos
que el valor informativo de la hipótesis aumenta, cuando predice solamente un
acontecimiento de todos los posibles del fenómeno de investigación; en este
caso el fenómeno es "el clima que habrá mañana de las 03:00 a las 12:00
hrs"; y el acontecimiento es que "habrá sol". En la medida en
que la hipótesis integra como propiedad o consecuencia contrastable, más
acontecimientos posibles del fenómeno, baja su valor informativo; enel caso
extremo, cuando llega a incluir todos los eventos posibles, su valor
informativo se reduce a cero. Por dar otro ejemplo: los dos eventos posibles
cuando se tira una moneda, son que ésta caiga del lado A o E. Si formulo una
proposición hipotética que incluya los dos eventos posibles: Si tiro una
moneda, entonces caerá del lado A o E, el valor informativo es cero, porque no
limita los acontecimientos posibles.
Entre
el valor informativo y la probabilidad de que el evento (el efecto) previsto
por la hipótesis, se produzca, hay una relación inversa. A mayor número de
eventos posibles incluidos en la hipótesis, mayor probabilidad de que ésta sea
correcta. En el ejemplo de la moneda, el valor informativo es cero –porque no
me dice nada nuevo–, pero la probabilidad de que sea correcta es 100 por
ciento; es decir, el resultado de la hipótesis es cierto. En cambio, si la
hipótesis es, Si tiro una moneda, entonces caerá del lado A, el valor
informativo es alto –p.e., puedo apostar sobre la hipótesis–; pero la
probabilidad de que sea correcta es solo un 50 por ciento. Al repetirse este
ejemplo con un dado, la relación entre valor informativo y probabilidad de que
la hipótesis sea verdadera, se vuelve más claro aún. En rigor, hipótesis
empíricas que incluyen todos los acontecimientos posibles del fenómeno
observado o bajo experimento, se vuelven imposibles de falsificar mediante la
contrastación empírica, dado que se han inmunizado frente a la realidad: suceda
el acontecimiento que suceda del fenómeno observado, la hipótesis siempre es
correcta. Por tal motivo, este tipo de hipótesis no es científica; se vuelve
circular (tautológica) y no aporta nuevos conocimientos.
10. Una
hipótesis debe estar basada en el conocimiento científico ya comprobado y no
contradecirlo. En las llamadas revoluciones epistemológicas una hipótesis nueva
puede cambiar los principios establecidos en todo un campo de la ciencia, pero
esto, obviamente es improbable en el caso de un principiante de investigación.
Para su trabajo es válido como norma que su hipótesis no esté en contradicción
con las teorías científicas establecidas, sino que tome a éstas como punto de
partida. Por ejemplo, una hipótesis que establece que La energía cósmica impide
el envejecimiento de los seres vivos y no puede demostrar que el término
energía cósmica forma parte de la física establecida., no debería, en
consecuencia, ser empleada por el principiante, porque lo más probable es que
se trate de un concepto del pensamiento supersticioso o mágico; tendría sentido
por parte del profesor permitir la investigación por razones pedagógicas,
porque al desarrollarse el experimento de comprobación correspondiente, el
alumno se convencerá paso a paso, de que se trata de un concepto no-científico.
O una hipótesis del tipo: Al soltar un gis sostenido por la mano a una altura
de 150 cm, este gis ascenderá, sería igualmente contradictoria con el
conocimiento científico ya establecido que nos enseña que la fuerza de
atracción de la tierra es múltiples veces mayor que la del gis, hecho por el
cual este descenderá hacia el centro de la tierra, salvo, por supuesto, que el
acto se realice en una nave espacial a cierta distancia de la tierra. Por todo
lo anterior resulta obvio que una hipótesis debe basarse en el conocimiento
científico que existe sobre el fenómeno de investigación del estudioso, y que
éste ha integrado oportunamente en su marco teórico. Si el marco teórico está
bien realizado, la proposición hipotética no puede discordar con las leyes o
conceptos científicos establecidos y no será especulativa o de sentido común.
11. La
hipótesis debe, por ende, ser doblemente pertinente: a) en su referencia al
fenómeno real de investigación y b) en el apoyo teórico que la sostiene.
12. La
hipótesis debe referirse de manera preferente a aspectos de la realidad que no
han sido investigados aún, dado que la finalidad . básica del quehacer
científico es la producción de nuevos conocimientos.
13.
Finalmente, una característica de la hipótesis científica es su falibilidad. La
ciencia avanza generalmente con aproximaciones sucesivas a la verdad. Esto
implica, que las hipótesis comprobadas pueden irse perfeccionando en el tiempo,
o sea, que son perfectibles.
Bibliografia:
Dieterich, Heinz. Nueva guía para la investigación cientifica.
Editorial Ariel, 1996. 229 pp.
Dieterich, Heinz. Nueva guía para la investigación cientifica.
Editorial Ariel, 1996. 229 pp.
ISBN:
968-6640-84-3
Subido por: Vergara Hondal Yostic
Creo que es un artículo que complementa los primeros temas que estuvimos viendo en clase sobre la formación y características de la ciencia y la elaboración de hipótesis. En clase estuvimos afirmando que en la hipótesis y al realizar una investigación o protocolo no podemos utilizar un lenguaje ambiguo, generalizado o exagerar en el uso de adjetivos.
ResponderEliminarBuen artículo y es fácil de entender.