Fundamentos y metodología
J.L.
Alvarez-Gayou (2003)
INTRODUCCIÓN
A LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
La
ciencia ha sido y es uno de los más importantes motores para el desarrollo del
ser humano en muy diversos aspectos. Durante muchos años y probablemente
inspirados en las ciencias naturales, juntamente con el paradigma predominante
del positivismo, los científicos se enmarcaron en la corriente conocida corno cuantitativa.
Los estudiosos de la ciencia de la conducta y de las ciencias sociales tampoco
escaparon de esta influencia, y por difícil que pareciera asumir esta visión
para los complejos fenómenos motivo de su estudio, fueron hábiles en extremo
para lograr encajar los fenómenos y los sujetos en este esquema. Las
características generales de este paradigma son:
· El
punto de partida del científico es la realidad, que mediante la investigación
le permite llegar a la ciencia. El científico observa, descubre, explica y
predice aquello que lo lleva a un conocimiento sistemático de la realidad
[Tamayo 1994].
· Los
fenómenos, los hechos y los sujetos son rigurosamente examinados o medidos en
términos de cantidad, intensidad o frecuencia.
· La
realidad se considera estática.
· Se
pretende objetividad en el investigador.
· Las
situaciones «extrañas» que afecten la observación y la objetividad del
investigador se controlan y evitan.
· Se
considera que hay una realidad allá afuera que debe ser estudiada, capturada y
entendida [Taylor y Bogdan 1996].
Él
método científico es la suma de los principios teóricos, las reglas de conducta
y las operaciones mentales y manuales que se usaron en el pasado y siguen
usando los hombres de ciencia para generar nuevos conocimientos científicos [R.
Pérez Tamayo 1990].
Los
principales esquemas que en la historia se han propuesto sobre este método
pueden clasificarse en cuatro categorías:
· Método
inductivo-deductivo. Las ciencias se inician con observaciones
individuales, a partir de las cuales se plantean generalizaciones cuyo
contenido rebasa los hechos observados en un principio. Las generalizaciones
permiten hacer predicciones cuya confirmación refuerza y cuyo fracaso debilita
tales predicciones, y puede obligar a, modificarlas o hasta rechazarlas. El
método inductivo-deductivo acepta la existencia de una realidad externa y
postula la capacidad del ser humano para percibirla por medio de sus sentidos y
entenderla por medio de su inteligencia. Usaron este método Aristóteles y sus comentaristas
medievales, Francis Bacon, Galileo, Newton, Locke, Herschel, Mill, los
empiristas, los positivistas lógicos, los operacionalitas y los científicos
contemporáneos en general.
· Método
a priori-deductivo. El conocimiento científico se adquiere por medio
de la captura mental de una serie de principios generales, a partir de los
cuales se deducen sus factores particulares, que pueden o no ser demostrados
objetivamente. Estos principios generales pueden provenir de Dios o bien poseer
una existencia ideal, pero en ambos casos son invariables y eternos. Este
método lo utilizaron Pitágoras, Platón, Arquímedes, Descartes, los idealistas y
la mayor parte de los racionalistas.
· Método
hipotético-deductivo. Entre los cultivadores de éste caben todos los
científicos y filósofos de la ciencia que han postulado la participación
inicial de elementos teóricos o hipótesis en la investigación científica, que
anteceden y determinan a las observaciones. De acuerdo con este grupo, la
ciencia tiene su fundamento en conceptos que no se derivan de la experiencia
del mundo que está allá afuera, sino que el investigador los postula en forma
de hipótesis con base en su intuición. En esta forma del método científico, la
inducción no desempeña ningún papel; de hecho muchos de los miembros de este
grupo la evitan conscientemente. Hume, Kant, Popper y algunos otros científicos
y filósofos contemporáneos han trabajado según este método.
No
hay método. Entre los pensadores que niegan la existencia de un método
científico hay dos tendencias:
1. Los
que afirman, como Feyerabend, que el estudio histórico nunca ha revelado un
grupo de reglas teóricas o prácticas seguidas por la mayoría de los investigadores.
2. Los
que señalan que aunque en el pasado pudo haber un método científico, su
ausencia actual se debe al crecimiento progresivo y a la variedad de las
ciencias, por lo que hoy existen no uno, sino muchos métodos científicos. Son
exponentes de este segundo grupo varios de los biólogos teóricos, corno Ayala,
Dbshansky y Mayr, así como algunos de los racionalistas contemporáneos
Existe
un grupo de científicos que piensan que si bien en otros tiempos era posible
hablar de un método científico, actualmente el campo total de la ciencia es tan
complejo y heterogéneo que ya no es posible identificar un método común a todas
ellas, debido al gran desarrollo de las ciencias físicas en comparación con las
otras ciencias naturales. Hoy sabernos que no todos los fenómenos naturales son
reducibles a expresiones matemáticas; que no todos los hechos que constituyen
la realidad son analizables experimentalmente; que no todas las hipótesis
válidas pueden confrontarse con la realidad a la que se refieren; y que al
determinismo y al mecanicismo que prevalecieron en la física y en la astronomía
de los siglos xvii a xix deben agregarse ahora los procesos estocásticos, la
pluralidad de causas, la organización jerárquica de gran parte de la
naturaleza, la emergencia de propiedades no anticipadles en sistemas complejos,
y otros aspectos más derivados no sólo de las ciencias biológicas, sino también
de las sociales, como la economía, la política y la historia.
Ruy
Pérez Tamayo dice: «En contraste con la filosofía, la literatura, la danza, la
poesía, la pintura, la música y tantas otras manifestaciones elevadas del
espíritu humano, la ciencia comparte con la política, la industria, la
ingeniería, el metro y el servicio de telégrafos una obligación fundamental: la
de producir resultados concretos y objetivos, la de funcionar» [1990, p. 211].
El
fenomenólogo Husserl dice que «las formas de ser, que tienen especialmente sus
modos de darse, tienen también sus modos en cuanto al método de conocerlas».
Los planteamientos de Husserl se desconocieron durante la euforia positivista
de la primera mitad del siglo xx; el método se asume como criterio único de
verdad. Este método es el de las ciencias naturales, centrado en la observación
empírica y sensible, en la mensurabilidad de lo observado y en su verificación
objetiva.
Herbert
Pietschmann, del Departamento de Física Teórica de la Universidad de Viena,
pone en tela de juicio la ciencia actual como tal [M. Martínez 1999], y
sostiene que se paga un sobreprecio por la ciencia pura y aplicada y que su
verdad no es tan absoluta y salvadora al sacrificar, en sus aras, valores y
creencias genuinamente humanos. Considera que las ciencias requieren un nuevo
estilo de pensar, una nueva lógica, otro modo de formar las construcciones
teóricas: un estilo de ciencia y paradigma que respete y no deforme o desvirtúe
la naturaleza de las realidades que estudia.
Bertrand
Russell dice que para que una civilización científica sea considerada buena, no
sólo es preciso aumentar el conocimiento, sino también la sabiduría. El
paradigma científico tradicional que es empírico experimental, se basa
fundamentalmente en un triple postulado: el realismo, el empirismo y el
positivismo.
El
realismo sostiene que los objetos materiales poseen una existencia fuera de los
seres humanos e independientes de su experiencia sensible, y afirma que en la
percepción se tiene un contacto directo con ellos, que los hechos hablan por sí
mismos.
El
empirismo sostiene que la experiencia es la fuente de todo conocimiento y que
éste depende en última instancia del uso de los sentidos.
El
positivismo afirma que el método científico de las ciencias naturales es la
única actividad válida para el conocimiento y que la ciencia busca hechos.
De
acuerdo con Miguel Martínez, la urgencia de un nuevo paradigma surge que no se
puede proceder con la ilusión de un realismo ingenuo o con un prejuicio
ontológico, pues no es cierto que los hechos hablen por sí mismos. En síntesis,
el nuevo paradigma tendrá pi-exente que las ciencias humanas nunca podrán ser objetivas,
porque nunca podrán objetividad a su objeto de estudio: el científico mismo, ni
siquiera en el acto de hacer ciencia. Si, como afirma Kant, la ciencia es un
producto del hombre, ésta nunca podrá dar razón plena de él.
El
concepto tradicional de ciencia y su método empírico experimental más bien
parecen constreñir y aprisionar la imaginación creadora de nuestro pensamiento.
Persisten en la ciencia tradicional muchas actitudes y procedimientos que,
rigurosamente hablando, sólo podemos ubicar dentro del terreno de los hábitos
mentales o de los mitos. Así se deben calificar las explicaciones causales
cuando se les otorga un valor absoluto (ya que carecen de evidencia), las leyes
de probabilidad (que son leyes a medias), la plena objetividad (que no existe),
la inferencia intuitiva (que es injustificable), la verificación empírica (que
es imposible) y otros factores centrales de las ciencias cuando se cree
ciegamente en ellos [M. Martínez 1999].
En
el área de las ciencias humanas, esas objeciones se agravan todavía más. En
ellas, conceptos tales como leyes, experimentos, medidas, variables, control y
teoría no significan lo mismo que en las ciencias naturales. Por tanto, el
término ciencia no se puede aplicar con el mismo sentido a la percepción, a la
cognición, a la motivación, al aprendizaje, a la psicología social, a la
psicopatología, a la psicoterapia, a la estética, al estudio de la creatividad
al estudio empírico de fenómenos relevantes en los dominios de las humanidades.
Como
puede verse, estas consideraciones alejan al científico de lo que, desde mi
punto de vista, es la mayor esencia de la humanidad (incluidos los
científicos): su subjetividad. La necesidad de encontrar en las ciencias
humanas otro paradigma que sustituya al tradicional tomado de las ciencias
naturales, concretamente de la física, resulta imperiosa si se quiere evitar
que aquéllas permanezcan estancadas con la ilusión que produce un conocimiento
incompleto y hasta falso, y una seudo certeza que a nada conduce.
Miguel
Martínez propone que el paradigma científico tradicional centrado en el
realismo, el empirismo y el positivismo han alcanzado los límites de su
utilidad en la mayoría de las áreas del saber y que se impone la necesidad de
hallar otro. El agotamiento del paradigma radica no sólo en su inconsistencia
interna, epistemológica, sino sobre todo en su incapacidad para ciar
explicaciones adecuadas e intelectualmente satisfactorias de la realidad que
nos circunda y de los fenómenos que percibirnos.
Como
dice Ivonne Szasz:
De
manera por demás esquemática, en las aproximaciones cuantitativas predomina lo
que hemos llamado la objetivización de las actores, o sea de los eventos que
experimentan los sujetos, y que en la investigación social se lleva a la
práctica mediante la construcción de conceptos operativos, que están atomizados
y parcializados como parte del recorte del objeto de estudio y que se
representa mediante indicadores objetivos [1996, p. 13].
Ya
en 1956 HerberiBlurner [1998] identifica serios problemas con el método
estadístico: falla en la producción de principios generales, margina el
carácter creativo de la interacción humana y equivoca el tratamiento de
características complejas y dinámicas de la vida social como si fueran
variables bien definidas que se interrelacionan independientemente del
contexto. Sugiere que estos problemas hacen que los métodos estadísticos sean
inadecuados para gran parte de la investigación social.
Blumer
claramente considera a la estadística como inadecuada para el estudio de la
mayoría de las formas del comportamiento humano.
Históricamente,
la investigación cualitativa se definía dentro del paradigma positivista, así
algunos investigadores cualitativos de mediados del siglo x (como Becker, Geer,
Hughes y Strauss) reportaron hallazgos de observación participante en términos
casi estadísticos. Arthur Vidich y Stanford Lyrnan [1998] proponen el
desarrollo histórico de la tradición cualitativa desde sus orígenes, y Norman
Denzin e Yvonna Lincoln [1998] se empeñan en una periodización del avance de la
investigación cualitativa en el siglo xx, de tal modo que ambos ejercicios nos
ofrecen una idea del desarrollo de este paradigma.
Los
primeros autores nos hablan de ocho periodos que no se definen con gran
claridad en el tiempo:
Etnografía
temprana (hasta el siglo xvii). También denominan este periodo como el del
descubrimiento del otro. Surge del interés de los occidentales por conocer los
orígenes de la cultura y la civilización. El descubrimiento de otros seres
humanos que viven en entornos no occidentales planteó dificultades cosmológicas
que no casaban con las ideas prevalecientes (provenientes de la Biblia,
particularmente (id Génesis) sobre el origen de los seres humanos.
Etnografía
colonial (exploradores de los siglos xvii, xviii y xix). También
denominado de las mentalidades coloniales y la persistencia del otro, esta
etapa se caracteriza fundamentalmente por las descripciones de razas culturas
hechas por misioneros, exploradores, bucaneros o administradores coloniales.
Estos recuentos se hallan en archivos eclesiásticos, nacionales o locales. El
rasgo primordial de estos informes es que están escritos desde la mirada del
conquistador y nos hablan de las prácticas y costumbres de los primitivos.
La
evolución de la cultura y la sociedad: Augusto Comte y el método comparativo.
En este periodo los investigadores buscan comprender cómo se relacionan las
formas de vida occidentales con las de los otros. Este planteamiento surge del
método comparativo propuesto por Augusto Comte, en el que propone que todas Jas
culturas se desarrollan en tres estadios a los que denominó pocas de
crecimiento moral. En opinión de Vidich y Lyman, esta pre concepción euro
céntrica pal-a comprender otras culturas facilitó el trabajo de manera
importante a los etnógrafos de la época; de hecho, su trabajo se limitaba a
descubrir una serie de patrones preestablecidos. De esta manera, queda muy
claramente ilustrado un pensamiento positivista.
La
etnografía del siglo xx. El cromatismo y la guerra fría. Finalizada la Segunda
Guerra Mundial, se dieron una serie de movimientos sociales nacionales que
terminaron con las formas directas del colonialismo global. El término
primitivo cambia por el de subdesarrollo; se terminan los pueblos primitivos
para ser estudiados y además las culturas liberadas se vuelven sumamente
críticas de todas las prácticas coloniales, dentro de las cuales se engloban
los estudios etnográficos realizados en sus poblaciones. Se culpabiliza a los
investigadores al igual que a sus relaciones. De esta manera, la mirada de los
etnógrafos se vuelve hacia sus propias sociedades, abriéndose el campo de
estudio a los grupos de personas diferentes existentes en el seno de la propia
sociedad occidental. Comienzan así los periodos modernista y pos modernista.
Etnografía
del indio americano corno el otro (antropología de finales del siglo xix y
principios del siglo xx). Aunque se trata de una etapa muy localista de
Norteamérica, puede trasladarse a algunas naciones con población indígena. En
sus inicios el estudio y las descripciones de las tribus de indios
norteamericanos se asemejaron mucho a las descritas en las etapas de la
etnografía colonial o incluso en la del método comparativo de Comte. La vida y
el mundo de los primitivos se asumían como una ventana a través de la cual se
podría ver el pasado prehistórico.
Investigador
notable por su heterodoxia es Frank Hamilton Cushing, quien, estudiando a los
zuni, se convirtió en chamán y jefe guerrero del grupo, a diferencia de Paul
Radin, quien dedicó su vida a vivir y estudiar a los indios winebago, sin
volverse miembro del grupo como Cushing.
En
mi opinión, estos investigadores de finales de un siglo y principios de otro
empiezan a delinear muchas de las visiones actuales de la investigación
cualitativa.
Etnografía
del otro ciudadano o estudios comunitarios (de inicios del siglo xx a los años
sesenta. El origen de los estudios de esta fase es el deseo de incorporar
en la fe protestante predominante a grupos de población alejados de ella, como
las personas de color negro. De esta necesidad surgen encuestas basadas en el
Inventario Cultural del Museo Americano de Historia Natural, el cual
proporciona categorías utilizadas porros antropólogos para estudiar a los
pueblos primitivos.
A
partir de 1925, Franklin Frazier comienza estudios sobre la vida de la
población negra en los guetos en diversos sitios de Estados Unidos, y
ThorsteinVeblen realiza estudios etnográficos que retratan la vida en los
guetos universitarios norteamericanos. Ambos estudios son verdaderos ejemplos
de investigaciones cualitativas basadas en datos obtenidos de ricas y variadas
experiencias de vida.
Concurrentemente,
en la Universidad de Chicago, William Foote White da un vuelco a lo que había
sido la visión de la etnografía en ese centro, cuando realizó su investigación
en el barrio italiano donde vivía. Aunque los resultados de su estudio se
presentan como descriptivos, surgen de la relación y la interacción de White
con sus sujetos; de hecho, se lo aprecia tanto como investigador cuanto como
sujeto de su propio estudio. A esta experiencia la denomina observación
participante.
En
1928, Robert Redfield presenta su tesis doctoral titulada «Un proyecto para el
estudio de Tepoztlán, México», en la que retrata cualitativamente las virtudes
del México vernáculo. De ahí se desencadenan diversos estudios sobre pequeñas
comunidades y los efectos de las políticas económicas sobre éstas, tanto en
Estados Unidos como en países del tercer mundo.
Estudios
de etnicidad y asimilación (de mediados del siglo xx a la década de los
ochenta). En esta fase, la visión de la investigación etnográfica en
Estados Unidos deja los debates respecto a cuánto se han asimilado y
aculturado, o no, diferentes grupos humanos al estilo de vida norteamericano, y
se comienza a observar el discurso sobre las minorías y sus características,
contenidos e implicaciones.
El
presente o el reto de la posmodernidad. En esta época los investigadores ya no
son meros observadores de la historia: se convierten en participantes de la
lucha por la libertad. Como dice John van Manen: ‘Se vuelven reporteros de los
dolores, los traumas, los miedos, las ansiedades, los sueños, fantasías y
esperanzas de la vida de las personas’ [1988]. Los métodos de la etnografía se
han refinado y diversificado y ya no se encuentran vinculados con los valores
que guiaron a los etnógrafos del pasado.
Por
su parte, Denzin y Lincoln [19981 dividen la historia de la investigación
cualitativa en cinco periodos, a los que llaman momentos.
El
periodo tradicional. Éste comprende los dos primeros periodos de la
caracterización de Vidich y Lyman y se refiere a la época en que el otro era
visto como un extranjero, diferente, exótico y extraño. Es la época del
investigador solitario que se trasladaba a un lugar lejano, sufriendo las
penurias y dificultades del trabajo de campo, y recogía sus datos para después
regresar a escribir un reporte objetivo de sus hallazgos. Son clásicos los
estudios de este tipo realizados por Malinowsky, Margaret Mead y Gregory
Bateson La escuela de Chicago propicia el desarrollo de una metodología
interpretativa basada en la historia de vida de los sujetos.
Fase
modernista. Los autores consideran que ésta Fue la época de oro de la
investigación cualitativa. Se realizan rigurosas investigaciones cualitativas
sobre procesos sociales importantes, incluyendo la desviación y el control
social en el aula y en la sociedad; es un periodo de febril creatividad. Se
desarrollan y se encuentran nuevas teorías y paradigmas interpretativos como la
etnometodología, la fenomenología, la teoría crítica y el feminismo. Surge en
este periodo la teoría fundamentada, de Glass y Strauss; se desarrolla la investigación
cualitativa en educación; Herbert Blumer desarrolla el interaccionismo
simbólico, y surge la concepción de la investigación naturalista, entre otros
avances.
Fase
de los géneros borrosos o vagos. Éste es un periodo en el que, aun cuando los investigadores
cuentan con una multitud de paradigmas interpretativos y metodologías para la
obtención de información, empiezan a desdibujarse los límites entre las
disciplinas sociales y las humanidades. Tal periodo presenta los siguientes
ejemplos: documentales que parecen ficción (Mailer), parábolas que se presentan
como etnografía(Castaneda), tratados teóricos que parecen guías de viajero
(Lévi-Strauss); surgen nuevos enfoques, como el posestructuralismo (Barthes),
el neopositivismo (Phillips), el neomarxismo (Althusser), el micro macro descriptivismo
(Geerz), teorías rituales del drama y la cultura (V. Turner), el
deconstruccionismo (Derrida) y la etnometodología (Garfinkel). Ésta es la etapa
de la diversificación que abre la puerta a lo que puede considerarse el estado
realidad actual del campo.
Periodo
de la crisis de representación. Este periodo se ubica a mediados de la década
de los ochenta. Se caracteriza por reportes de investigación más reflexivos que
hablan de una doble crisis: la de representación, que se refiere al
cuestionamiento respecto a que el investigador realmente capture la experiencia
vivida y creerla experiencia en el texto; y la de legitimación, que se refiere
al cuestionamiento de los criterios tradicionales para la evaluación e interpretación
de la investigación cualitativa, Como dicen Norman Denzin e Yvonna Lincoln: «Es
claro que ambas crisis se interrelacionan, ya que cualquier representación debe
legitirnarse basándose en una serie de criterios que le permitan al autor (y al
lector) realizar vínculos entre el texto y el mundo sobre el que se escribe.»
El
quinto momento. Se refiere al tiempo actual, en el que persiste la
preocupación por la representación del otro; surgen nuevas epistemologías
provenientes de grupos antes silenciados, y se visualiza un futuro de más
investigación vinculada con la acción, más activista, así como una mayor
crítica social. En esta fase, los estudios de narrativas grandiosas serán
sustituidos por teorías más locales y de menor escala, ajustados a problemas y
situaciones específicas.
El
recuento histórico ofrece cierta claridad en cuanto a las implicaciones de la
investigación cualitativa y cómo se desarrolló desde sus orígenes. Pasemos
ahora a la caracterización de la investigación cualitativa
Steve
Taylor y Robert Bogdan, en su libro ya clásico Introducción a los métodos
cualitativos de investigación, consideran diez características de la
investigación cualitativa:
1. La
investigación cualitativa es inductiva. Los investigadores desarrollan
conceptos e intelecciones, partiendo de los datos y no recogiendo datos para
evaluar modelos, hipótesis o teorías preconcebidos. En los estudios
cualitativos, los investigadores siguen un diseño de la investigación flexible.
Comienzan sus estudios con interrogantes formuladas vagamente. Ésta es una de
las diferencias torales con el enfoque cuantitativo.
2. En
la metodología cualitativa el investigador ve el escenario y a las personas en
una perspectiva holística. Las personas, los escenarios o los grupos no
son reducidos a variables, sino considerados como untado. El investigador
cualitativo estudia a las personas en el contexto de su pasado y de las
situaciones en las que se encuentran.
3. Los
investigadores cualitativos son sensibles a los efectos que ellos mismos causan
sobre las personas que son objeto de su estudio. Se ha dicho de ellos que
son naturalistas, es decir, que interactúan con los informantes de un modo
natural y no intrusivo. En la observación participante, tratan de no desentonar
en la estructura, por lo menos hasta que hayan llegado a una comprensión del
escenario. En las entrevistas en profundidad, sigue el modelo, de una
conversación normal, y no de un intercambio formal repreguntas y respuestas.
Aunque
los investigadores cualitativos no pueden eliminar sus efectos sobre las
personas que estudian, intentan controlarlos o reducirlos a un mínimo, o por lo
menos entenderlos cuando interpretan sus datos [R. Emerson, citado en S. Taylor
y R. Bogdan 1996]. Esta característica de la investigación cualitativa proviene
del planteamiento que Blumer presentó en 1928, en el cual sostiene que el hecho
definitorio de la investigación naturalista es su respeto por la naturaleza del
mundo social. Blumer contrasta la investigación naturalista con otras
estrategias: experimentos de laboratorio; estudios centrados en productos y no
en procesos; investigaciones que inician con un modelo preconstruido de lo que
se estudiará, haciendo contacto con el mundo real por medio de las deducciones
de dicho modelo, e investigaciones que reconstruyen un cuadro de sucesos
pasados y proceden a estudiar la reconstrucción.
La
concepción de Herbert Blumer de la investigación naturalista parece basarse en
diversos contrastes con la tradición dominante de la investigación social:
A)
Se investiga en el entorno del mundo real, en vez de hacerlo en entornos
creados específicamente para los fines de la investigación.
b)
Se estudian los procesos sociales con intervención mínima del investigador, en
vez de ejercer el control físico de las variables, esencial en la
experimentación de laboratorio.
c)
Se utilizan estrategias flexibles para la obtención de datos, y la decisión de
qué datos obtener y cómo obtenerlos se toma en el curso de la investigación;
esto, en contraposición a la preestructuración de la
Recolección
de datos característica de las encuestas.
d)
Se investigan los procesos de interacción social en el momento en que se
presentan, en vez de basarse en entrevistas o cuestionarios diseñados para
documentar los tipos de actitudes y personalidades.
e)
Se construye y se reconstruye continuamente el modelo del proceso que se
estudia, en contraposición con aquella investigación que se aboca a probar una
serie de hipótesis predefinidas [M. Hammersley
1990,
pp. 156—157].
4.
Los investigadores cualitativos tratan de comprender a las personas dentro del
marco de referencia de ellas mismas. Para la perspectiva fenomenológica y, por
lo tanto, para la investigación cualitativa, resulta esencial experimentar la
realidad tal como otros la experimentan. Los investigadores cualitativos se
identifican con las personas que estudian para comprender cómo ven las cosas.
Herbert Bluiner lo explica como sigue:
Tratar
de aprender el proceso interpretativo permaneciendo distanciado como un
observador objetivo y rechazando el rol de unidad actuante equivale a
arriesgarse al peor tipo de subjetivismo; en el proceso de interpretación, es
probable que el observador objetivo llene con sus propias conjeturas lo que le
falte en la aprehensión del proceso tal como él se da en la experiencia de la
unidad actuante que lo emplea [1969, p. 86].
5. El
investigador cualitativo suspende o aparta sus propias creencias, perspectivas
y predisposiciones. Tal como dice Severin T. Bruyn [1966], el investigador
cualitativo ve las cosas como si estuvieran ocurriendo por primera vez. Nada se
da por sobreentendido. Todo es una terna de investigación.
6.
Para el investigador cualitativo, todas las perspectivas son valiosas. Este
investigador no busca la verdad o la moralidad sino una comprensión detallada
de las perspectivas de otras personas. A todas se las ve como a iguales. Así,
la perspectiva del delincuente juvenil es tan importante como la del juez o la
del consejero; la del paranoide, tanto como la del psiquiatra. En los estudios
cualitativos, aquellas personas a las que la sociedad ignora (los pobres y los
«desviados») a menudo obtienen un foro para exponer sus puntos de vista. Oscar
Lewis, célebre por sus estudios sobre los pobres en América Latina, escribe:
«He tratado de dar una voz a personas que rara vez son escuchadas.»
7.
Los métodos cualitativos son humanistas. Los métodos mediante los cuales
estudiarnos a las personas necesariamente influyen sobre el modo en que las
vemos. Cuando reducimos las palabras y los actos de la gente a ecuaciones
estadísticas, perdernos de vista el elemento humano de la vida social. Si
estudiamos a las personas cualitativamente, llegamos a conocerlas en lo
individual y a experimentar lo que ellas sienten en sus luchas cotidianas en la
sociedad; aprendemos sobre conceptos tales como belleza, dolor fe, sufrimiento,
frustración y amor, cuya esencia se pierde con otros enfoques investigativos.
Aprendemos sobre «la vida interior de la persona, sus luchas morales, sus
éxitos y fracasos en el esfuerzo por asegurar su destino en un mundo demasiado
frecuentemente en discordia con sus esperanzas e ideales», en palabras de
Burgess.
8.
Los investigadores cualitativos ponen en relieve la validez de su
investigación. Los métodos cualitativos nos permiten permanecer próximos al
mundo empírico [H. Blumer 1969]. Están destinados a asegurar un estrecho ajuste
entre los datos y lo que la gente realmente dice y hace. Observando a las
personas en su vida cotidiana, escuchándolas hablar sobre lo que tienen en
mente, y viendo los documentos que producen el investigador cualitativo obtiene
un conocimiento directo de la vida social, no filtrada por conceptos,
definiciones operacionales ni escalas clasificatorias.
Mientras
los investigadores cualitativos subrayan la validez interna, los cuantitativos
hacen hincapié en la confiabilidad y en la reproducibilidad de la
investigación. Algunos autores consideran que a la confiabilidad se le ha
atribuido una importancia excesiva en la investigación social.
Nos
concentrarnos en la coherencia sin preocuparnos mucho por si estamos en lo
correcto o no. Corno consecuencia, tal vez hayamos aprendido una enormidad
sobre la manera (le seguir un camino incorrecto común máximo de precisión. Esto
no significa que a los investigadores cualitativos no les preocupe la precisión
de sus datos. Un estudio cualitativo no es un análisis impresionista ni
informal, basado en una mirada superficial a un escenario o a algunas personas.
Constituye una investigación sistemática conducida con procedimientos
rigurosos, aunque no necesariamente homogéneos. Esto es a lo que los autores sajones
denominan rigor.
9.
Para el investigador cualitativo, todos los escenarios y personas son dignos de
estudio. Ningún aspecto de la vida social es demasiado frívolo o trivial
como para ser estudiado. Todos los escenarios y
Personas
son, a la vez, similares y únicas. Son similares en el sentido de que en
cualquier escenario o entre cualquier grupo de personas se pueden hallar
algunos procesos sociales de tipo general. Son únicos debido a que en cada
escenario o por medio de cada informante se puede estudiar del mejor modo algún
aspecto de la vida social, porque allí es donde aparece ms iluminado. Algunos
procesos sociales se aparecen con un relieve bien definido en ciertas
circunstancias, en otras sólo se dibujan tenuemente.
10.
La investigación cualitativa es un arte. Los métodos cualitativos no se han
refinado ni homogeneizado tanto como otros enfoques investigativos. Esto en
parte constituye un hecho histórico que está cambiando con la publicación de
libros, corno el presente, y de narraciones directas de investigadores de
campo; también refleja la naturaleza de los métodos en sí mismos. Los
investigadores cualitativos son flexibles en cuanto al modo en que conducen sus
estudios. Son artífices alentados a crear su propio método [C. Wright Milis
1959]. Siguen directrices orientadoras, pero no regias. Los métodos sirven al
investigador; nunca el investigador es el esclavo de un procedimiento ó técnica.
Mathew B. Miles y Michael Huberman [1994] consideran características básicas de
la investigación naturalista las siguientes:
1.
Se realiza a través de un prolongado e intenso contacto con el campo o la
situación de vida. Estas situaciones son típicamente banales o normales,
reflejo de la vida diaria de los individuos, los grupos, las sociedades y las
organizaciones.
2.
El papel de los investigadores alcanza una visión holística (sistémica, amplia
e integrada) del contexto objeto de estudio: su lógica, sus ordenaciones y sus
normas explícitas e implícitas.
3.
El investigador intenta capturar los datos sobre las percepciones de los
actores desde dentro, llevando un proceso de profunda atención, de comprensión
empática y de suspensión de las preconcepciones de los temas objeto de
discusión.
4.
Leyendo estos materiales, el investigador está listo para aislar ciertos temas
y expresiones que pueden revisarse con los informantes, pero que deben
mantenerse en su formato original a través del estudio.
5.
Una tarea fundamental consiste en explicar las formas en que las personas
comprenden, narran, actúan y manejan sus situaciones cotidianas y particulares.
6.
Hay muchas interpretaciones posibles de estos materiales, pero algunas son más
convincentes por razones teóricas o de consistencia interna.
7.
Se utilizan relativamente pocos instrumentos generalizados. El investigador
constituye el principal instrumento de medida.
8.
La mayor parte de los análisis se realizan con palabras. Las palabras pueden
hundirse, subagruparse o cortarse en segmentos semiópticos. Se pueden organizar
para permitir que el investigador contraste, compare, analice y ofrezca
modelos.
Podemos
considerar que las diferencias fundamentales entre la investigación cualitativa
y la cuantitativa se sitúan en tres áreas:
1. La
explicación y la comprensión como propósitos vs. El propósito de indagar.
2. El
papel personal vs. El impersonal que el investigador adopta.
3. El
conocimiento descubierto vs. El conocimiento construido.
En
la investigación cualitativa, lo que se espera al final es una descripción
tersa, una comprensión experiencial y múltiples realidades.
EL
PARADIGMA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
¿ES
UNA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA?
Una
comunidad científica no puede realizar sus actividades sin un grupo de
creencias. Estas creencias forman la base de la iniciación educativa que
prepara y licencia al estudiante para la práctica profesional. La naturaleza de
la preparación rigurosa permite asegurar que las creencias recibidas queden
fijadas firmemente en la mente del estudiante. Los científicos hacen grandes
esfuerzos para defender la idea de que saben cómo es el mundo. Con esta meta,
la ciencia normal a menudo intentará suprimir las novedades que amenazan sus
fundamentos. Se da un giro en los compromisos profesionales respecto a
conceptos compartidos cuando una anomalía mina los postulados básicos (le la
práctica científica. Estos giros son lo que Thomas S. Kuhn [1989] denomina
revoluciones científicas. Una teoría nueva surge por la falla persistente de la
ciencia normal para resolver adecuadamente ciertas interrogantes. La falla de
las reglas constituye el preludio a la búsqueda de nuevas reglas.
En
su obra clásica La estructura (le las revoluciones científicas, Kan sostiene
que todas las crisis desembocan en uno de tres caminos:
1. La
ciencia normal es capaz de manejar la crisis y todo regresa a la «normalidad».
2. El
problema se resiste y es etiquetado, pero es percibido como resultante del
fracaso del campo para poseer las herramientas necesarias pará su resolución;
si es así, los científicos lo dejan a un lado para ser atendido por una
generación futura que tenga mejores herramientas.
3. Emerge
un nuevo candidato a paradigma y se establece una batalla para su aceptación.
Una vez que logra la condición de paradigma, un paradigma se declara inválido
sólo si existe un candidato alterno para tomar su lugar. Dado que no puede
existir la investigación en ausencia de un paradigma, el rechazar un paradigma
sin sustituirlo simultáneamente por otro es rechazar la ciencia misma. La
transición de un paradigma en crisis a uno nuevo, del que pueda surgir una
nueva tradición de ciencia normal, no es su proceso acumulativo.
Es
la reconstrucción del campo con nuevas bases. Esta reconstrucción cambia
algunas de las generalizaciones teóricas fundamentales del campo. Cambia los
métodos y las aplicaciones. Altera las reglas.
Un
paradigma transforma a un grupo en una profesión o en por lo menos una
disciplina. Y de ellos sigue la formación de revistas especializadas, de
cuerpos profesionales y una demanda de un sitio especial en la academia. Se da
la promulgación de artículos académicos que están dirigidos sólo a colegas
profesionales, cuyo conocimiento del paradigma compartido se da por sentado y
que demuestran los únicos capaces de leer y entender los trabajos dirigidos a
ellos.
Consecuentemente
la asimilación de un nuevo tipo de fenómeno o de una nueva teoría científica
demanda el rechazo de un paradigma anterior. Si eso no fuera así, el desarrollo
científico sería genuinamente acumulativo. La investigación normal es
acumulativa pero no la revolución científica. En consecuencia, la tradición
científica normal que emerge de una revolución científica no sólo es
incompatib1e sino a menudo inconmensurable con laque le precedió.
Desde
la perspectiva de Kuhn, el nuevo paradigma generalmente sustituye o anula al
anterior. Como podrá verse posteriormente, este planteamiento no resulta del
todo exacto en cuanto a los paradigmas d91investigación cuantitativa y cualitativa.
El momento actual de ambos paradigmas demuestra que el nuevo modelo es
simplemente una visión diferente que aborda otra realidad y muchas veces ambos
paradigmas pueden ser complementarios.
En
suma, considero que el advenimiento del paradigma Cualitativo se constituyó en
una revolución en el campo de la investigación científica, pero su penetración
no ha desplazado o eliminado al paradigma cuantitativo, ni lo eliminará. El
problema y la pregunta de la investigación representa la guía para la selección
del paradigma que responderá mejor a nuestra interrogante.
LA
VALIDEZ, LA CONFIABILIDAD Y EL MUESTREO EN LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
La
investigación cuantitativa se basa en tres conceptos fundamentales: la validez,
la confiabilidad y la muestra. La validez, en este paradigma, implica que la
observación, la medición o la apreciación se enfoquen en la realidad q se
busca conocer, y no en otra. La confiabilidad se refiere a resultados
estables, seguros, congruentes, iguales a sí mismos en diferentes tiempos y
previsibles. La confiabilidad se considera externa cuando otros investigadores
llegan a los mismos resultados en condiciones iguales, e interna cuando varios
observadores concuerdan en los hallazgos al estudiar la misma realidad.
La
muestra sustenta la representatividad de un universo se presenta
como el factor crucial para generalizar los resultados. La mayoría de los
autores que han escrito sobre la investigación cualitativa, a mi juicio, no
logran sacudirse la necesidad de cumplir con estos postulados. Así, se dice que
la validez y la confiabilidad se buscan en la investigación cualitativa
mediante, por ejemplo, la triangulación de métodos o de investigadores. Este
concepto implica utilizar los diversos métodos para verificar los resultados, o
bien contar con la opinión de uno o más investigadores en la interpretación de
tales resultados. De ninguna manera critico estas prácticas, las cuales
enriquecen enormemente lo que la investigación cualitativa puede brindar, pero
no las considero indispensables.
Lo
que me parece incomprensible es que se las consigne para cumplir con los
requerimientos del paradigma positivista. Más adecuado me parece que en la
investigación cualitativa se hable de la necesidad de lograr y asegurar la
obtención de la situación real y verdadera de las personas a las que se
investiga y, en este sentido, será preferible y más descriptivo hablar de la
necesidad de autenticidad, más que de validez. Esto significa que las personas
logren expresar realmente su sentir.
Por
otro lado, la confiabilidad desde el paradigma cuantitativo se refiere a
reducir el error de medición al mínimo posible [R. Hernández Sampieri y cols.
1998]. Estrictamente hablando, en la investigación cualitativa no, te realizan
mediciones, por lo que este elemento quedaría anulad Sin embargo, algunos
autores buscan tener en la investigación cualitativa un equivalente de la
confiabilidad, pero predominantemente referida a los casos en los que se
realiza la interpretación de los datos obtenidos. En este caso, algunos autores
buscan que los resultados sean lo más concordantes posible y, en efecto (porque
no es la meta del paradigma cualitativo), no se afanan en la previsión ni en la
uniformidad de resultados de diversos grupos, aunque cuando se llega a ésta
resulta muy valiosa. Eisner [citado por M. Martínez 1999] propone la
corroboración estructural, que consiste en el proceso de reunir los datos y la
información y con ellos establecer los lazos de un todo que se apoya en partes
de la evidencia.
En
relación con esto, surge el concepto de triangulación, que se ha
considerado como la utilización de múltiples métodos, materiales empíricos,
perspectivas y observadores para agregar rigor, amplitud y profundidad
cualquier investigación [N. Denzin e Y. Lincoln 1998].Norman Denzin [citado por
V. Janesick 1998] propone cuatro tipos de triangulación:
· Triangulación
de datos: utilización de diversas fuentes de datos en un estudio.
· Triangulación
de investigadores: utilización de diferentes investigadores o evaluadores.
· Triangulación
de teoría s: utilizar múltiples perspectivas para interpretar un mismo grupo de
datos.
· Triangulación
metodológica: la utilización de diferentes métodos para estudiar un mismo
problema.
Valerie
Janesick [1998] agrega una quinta triangulación a la que llama triangulación
interdisciplinaria: la participación de profesionales de diferentes
disciplinas, la cual enriquece la interpretación)
Mi
posición se acerca más a lo que dice Janice Morse [1998] en cuanto a que el
valor de la triangulación se encuentra cuando entramos en la interpretación de
los datos. Los diferentes marcos referenciales pueden brindar mayor claridad y
complementarse, siempre y cuando no se mezclen.
En
la investigación cuantitativa, la selección de la muestra resulta crucial,
puesto que al obtenerse mediante la aleatoriedad se aspira a que tal muestra
tenga la misma distribución normal del universo y, por ende, los resultados
obtenidos puedan generalizarse; de igual manera, si la muestra es o no
representativa, ello determina el tipo de análisis estadísticos que se aplican.
En
la investigación cualitativa no interesa la representatividad; una
investigación puede ser valiosa si se realiza en un solo caso (estudio de
caso), en una familia o en un grupo cualquiera de pocas personas. Si en la
investigación cualitativa buscamos conocer la subjetividad, resulta imposible
siquiera pensar que ésta pudiera generalizarse. Sin embargo, es un hecho
incontrovertible que hoy en día la investigación cualitativa, aun sin aspirar a
la representatividad o a la generalización, se utiliza ampliamente en el mundo
de los negocios y del mercado, sobre todo por medio de la utilización de grupos
focales (de los que hablaré más adelante), y sus resultados frecuentemente se
toman como base de decisiones que implican grandes cantidades de dinero.
La
saturación se refiere al momento en el que durante la obtención de la
información, ésta empieza a ser igual, repetitiva o similar. Por ejemplo, si se
trabaja con grupos focales de una población específica, comúnmente en la
planeación se decide hacerlo con diez grupos de este tipo. Sin embargo, si al
trabajar con el cuarto grupo focal el investigador comienza a percibir que la
información es la misma con mínimas variantes, y así sucesivamente en el quinto
y el sexto grupos, se habla entonces de que se ha llegado a la saturación, y
por tanto parece muy poco probable que en los grupos subsecuentes la
información cambie sustancialmente. Esto puede suceder también con otros
métodos de obtención de información.
Publicado por: Hernández Jurado Beatriz I.
Hola chicos, bueno pues este articulo me intereso mucho ya que me quice adentrar mas en como se lleva a cabo una investigacion cualitativa, ya que como saben nosotros hacemos investigacion cuantitativa. Al leer este articulo me di cuenta que ambas investigaciones son completamente diferentes y bueno a mi parecer es mas compleja la cualitativa ya que involucra otras variables que son mas dificiles de registrar como sentimientos del examinado y cosas asi. Espero les sirva en algo y puedan diferenciar con mayor claridad las diferencias entre investigacion cualitativa y cuantitativa. :)
ResponderEliminarA nosotros como optometristas, nos es provechoso usar este tipo de invetigacion??
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